martes, 25 de abril de 2017

123

"vacaciones" se repitió para sí una vez más.
"sin ella" susurro de nuevo.
Dicen que el tiempo todo lo cura y se sentó a esperar que su corazón sanara. Casi cuando lo había conseguido olvidar, los recuerdos volvieron y lo dejaron herido de nuevo.
Cualquiera que le hubiera escuchado habría podido apreciar en su voz resignación y un dolor por una situación aún no superada.
Cualquiera con mirada inquisidora podría ver que aquel hombre sentado en el sofá, mirando la televisión. Solo de cuerpo presente y cabeza en un lugar lejos de ahí evocando los momentos vividos con ella, con su Nadia. Estaba roto de 50 formas distintas.
Se levantó por fin, decidido.
-Hola Carla, ¿puedes ponerme con Jordi? -preguntó firme.
-Me encanta cuando pones esa voz, cielo. -Dijo la chica con voz coqueta.
-¡Carla!
-Vale machote, ya te paso con él.
La chica era guapa y ella lo sabía, con sus 23 años tenía un desparpajo y una seguridad propia de su edad.
-Hombre Lucas, ¿qué tal?
Su jefe era un gran profesional. Sabía como iba el negocio por la experiencia adquirida en 20 años de profesión, podría ser muy coloquial con sus trabajadores pero siempre te dejaba claro que ahí quien mandaba era él y punto.
-Me tomaré un tiempo, quiero desconectar -eludió la pregunta y fue directo al grano.
-¿Estás seguro?
-Más que nunca. Lo necesito.
-Está bien, después del espectacular reportaje que has hecho, te lo has ganado. ¿Qué tal llevas lo de Nadia?
-Prefiero no tocar ese tema. Gracias Jordi, adiós.
-Adiós, cuídate y disfruta.
Mientras estaba hablando por el teléfono había estado dando vueltas por la casa y ahora se encontraba enfrente del espejo de su dormitorio.
Estudió con detenimiento la imagen que le devolvía.
El pelo ligeramente despeinado con conciencia y de un negro azabache, el rostro moreno con un velo de cansancio y tristeza. Esbozó una sonrisa para quitar tanta seriedad. Los ojos grandes y de color ámbar lucían apagados, sus labios eran carnosos y rosados, mentón recto y mandíbula cuadrada. Media 1'85 aproximadamente, el cuerpo fuerte y esculpido por las horas dedicadas en el gimnasio y sus largos paseos corriendo.
Se apartó del espejo y debajo de la cama sacó una maleta roja y la llenó de ropa suficiente para 10-11 días.  Media hora después se encontraba sentado en la cama con la maleta al lado.  No tenía planeado donde ir, solo que tenía que irse. Sacó el móvil de nuevo del bolsillo trasero del pantalón.
-¡Has ganado! Me voy tio, me voy.
-Te voy a empezar a cobrar por los consejos. ¿A dónde te vas, personaje?
-Ahí me has pillado, no tengo ni idea. Estoy como un imbécil sentado en la cama y con maleta al lado.
-No sabes que día es hoy?
-No.
-Empiezan las fiestas de Bilbao, el año pasado fui y conocí a una rubia de campeonato, ve!
-Así sin más? ¿sin ninguna recomendación?
-Excelentes mujeres y comida.
Colgó.
Había oído hablar de las fiestas de Bilbao, no perdía nada con ir.
"Esto no funciona, Lucas, joder."
Los recuerdos volvían, sin previo aviso. Llegaban y le destruían como una bola de demolición.
Ella ahí hecha una furia, en medio de la habitación, guardando sus cosas para irse. Él apoyado en el resquicio de la puerta, no sabía que hacer ¿cómo habían llegado a esto?
'¿No vas a hacer nada? siempre te faltaron agallas para todo. Te quedas sentado esperando que las cosas pasen por si solas, no te arriesgas y nadas sobre seguro.'
Ella ya estaba en la puerta con todas sus cosas. Se acercó y la agarró del brazo. Ella no opuso resistencia y el no pudo más que mirarla a los ojos, ¿cuántas veces se había perdido en ellos? Esos ojos verdes que siempre le miraron con amor ahora destilaban odio, odio hacia él.
Le dolía, le dolía recordar. Los recuerdos le rompían, llegaban y arrasaban con todo como un huracán.
Se sacudió la cabeza, tenía que olvidar, necesitaba hacerlo.


Ya estaba de camino a Bilbao, desde iruña solo había 200km que los separaba. El mismo sabía que ese viaje no era más que una vía de escape, huía como un cobarde, no queria ser atrapado de nuevo por los recuerdos, escapaba de ellos como un ladrón en plena noche.
'¿Te crees que con este ridículo viaje la olvidarás?'
'lo intentaré.'
'eres un cínico, Lucas.'
Estaba en guerra consigo mismo. A veces deambulaba por la calle, apretandose la bufanda, sabiendo que el esfuerzo era en vano cuando el frío venía de dentro. Aquel dia en el que Nadia se fue, se llevo un trozo de él, sin darse cuenta o a